A unos dos kilómetros en línea recta del conjunto megalítico propiamente dicho, bajo el Mas de Aspra, existen estas pinturas antropomorfas. Se trata de un pequeño abrigo formado por la estratificación de las calizas, orientado al Sur a 698 m.s.n.m.
En el único panel pintado existente, se identifican tres figuras antropomorfas de entre ocho y diez centímetros de alto, pintadas con pintura negra. El estado de conservación es muy malo, a pesar de su desconocimiento. Han sido ralladas con objetos punzantes y garabateadas con carboncillo.
El signo cruciforme (superior izquierda), con el negro más intenso, "tanto podría hablarnos de un antropomorfo esquemático de época prehistórica como retrotraerlo a la Edad Media y posterior".
El hombrecillo con los brazos y manos abiertas (1), el menor de los tres existentes, presenta en la cintura dos objetos de distinto tamaño. El más largo podría tratarse de una espada, y el más corto de un puñal. Sus manos son desproporcionadas en comparación con el resto del cuerpo, y aparecen con los cinco dedos abiertos, posición que se inició en el Neolítico Antiguo para reflejar figuras en posición de orante. El pie izquierdo presenta los dedos marcados; los ojos no se puede saber si los poseía en su origen o no, debido a que han sido raspados con posterioridad. Los brazos que posee de una sensación de movimiento durante la oración, algo que confirma el carácter ritual del panel.
A la derecha de este orante aparecen dos hombrecillos superpuestos de mayor tamaño. El de arriba, detrás del de abajo, llama la atención el detalle de su cabeza. Se aprecian los cinco dedos de su mano izquierda, así como una barra oblicua en su parte derecha que da lugar a dos interpretaciones: pierna derecha o una espada como la figura anterior.
Del personaje inferior llama la atención el objeto que lleva en sus manos. El color y estilo parece similar contemporáneo al resto de figuras, pero la ausencia de espadas y dedos abiertos hace pensar en una tipología distinta. Parece que ha sido pintado de perfil.
Lo más destacable de este conjunto es el posible orante, debido a que no son frecuentes en el arte rupestre peninsular. En cuanto a la edad, como se ha comentado, podrían ser del Neolítico Antiguo, Edad de Bronce (debido a las espadas y las máscaras) o de la Edad Media.
Junto a estas figuras más o menos identificables, existen otros restos de pinturas muy similares a éstas que han sido muy raspadas y deterioradas lo que impide su identificación, aunque permite deducir que el panel o paneles iniciales no se reducirían a estas cuatro figuras descritas.
En el único panel pintado existente, se identifican tres figuras antropomorfas de entre ocho y diez centímetros de alto, pintadas con pintura negra. El estado de conservación es muy malo, a pesar de su desconocimiento. Han sido ralladas con objetos punzantes y garabateadas con carboncillo.
El signo cruciforme (superior izquierda), con el negro más intenso, "tanto podría hablarnos de un antropomorfo esquemático de época prehistórica como retrotraerlo a la Edad Media y posterior".
El hombrecillo con los brazos y manos abiertas (1), el menor de los tres existentes, presenta en la cintura dos objetos de distinto tamaño. El más largo podría tratarse de una espada, y el más corto de un puñal. Sus manos son desproporcionadas en comparación con el resto del cuerpo, y aparecen con los cinco dedos abiertos, posición que se inició en el Neolítico Antiguo para reflejar figuras en posición de orante. El pie izquierdo presenta los dedos marcados; los ojos no se puede saber si los poseía en su origen o no, debido a que han sido raspados con posterioridad. Los brazos que posee de una sensación de movimiento durante la oración, algo que confirma el carácter ritual del panel.
A la derecha de este orante aparecen dos hombrecillos superpuestos de mayor tamaño. El de arriba, detrás del de abajo, llama la atención el detalle de su cabeza. Se aprecian los cinco dedos de su mano izquierda, así como una barra oblicua en su parte derecha que da lugar a dos interpretaciones: pierna derecha o una espada como la figura anterior.
Del personaje inferior llama la atención el objeto que lleva en sus manos. El color y estilo parece similar contemporáneo al resto de figuras, pero la ausencia de espadas y dedos abiertos hace pensar en una tipología distinta. Parece que ha sido pintado de perfil.
Lo más destacable de este conjunto es el posible orante, debido a que no son frecuentes en el arte rupestre peninsular. En cuanto a la edad, como se ha comentado, podrían ser del Neolítico Antiguo, Edad de Bronce (debido a las espadas y las máscaras) o de la Edad Media.
Junto a estas figuras más o menos identificables, existen otros restos de pinturas muy similares a éstas que han sido muy raspadas y deterioradas lo que impide su identificación, aunque permite deducir que el panel o paneles iniciales no se reducirían a estas cuatro figuras descritas.
Único panel existente
Hombrecillos superpuestos
Hombrecillo en posición de alarde (1)
Bibliografía:
- UTRILLA Pilar, RAMÓN Nuria, "Hallazgos prehistóricos en la comarca de la Ribagorza (Huesca)", Bolskan 1992
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